Consideraciones sobre los paracaídas de emergencia ...

Introducción

El parapente es una actividad "de riesgo".
Hay una serie de riesgos que pueden llevar a cada piloto a una multitud de situaciones críticas:
- Falta de formación
- Experiencia insuficiente
- Análisis del mal tiempo
- Colisión con otras aeronaves
- Avería del equipo
- ...
Todos estos riesgos pueden controlarse generalmente con una formación adecuada, un buen equipo (revisión), una vigilancia constante, etc...

Pero en algunos casos críticos, en los que es difícil o incluso imposible que la vela recupere su forma y siga volando, existe una solución: el paracaídas de emergencia, el cual puede permitirte regresar al suelo de forma relativamente más cómoda...

El paracaídas de rescate se ha convertido en una parte esencial del equipo del parapentista moderno. Sin embargo, los pilotos todavía no son plenamente conscientes de sus características intrínsecas.
No basta con llevar un paracaídas de rescate para estar más seguros, ya que su uso correcto requiere una cierta formación, y una total implicación del piloto en caso de necesidad.
No nos ocuparemos aquí de su instalación y uso. Te aconsejamos que te pongas en contacto con profesionales (instructores, monitores de SIV) para recoger su experiencia y formarte adecuadamente con ellos. Encontrará mucha información práctica en el documento de referencia de la FFVL sobre el paracaídas de rescate (autor Pierre-Paul MENEGOZ), que puede descargar aquí.

Un paracaídas de rescate debe elegirse cuidadosamente, para que se adapte lo mejor posible a cada piloto y a su práctica. Puede que nunca tenga que utilizarlo, pero si lo hace, es imprescindible que pueda hacerlo sin cuestionar su eficacia.
Le recomendamos que realice su propio análisis comparando metódicamente los distintos modelos a partir de estos pocos puntos de reflexión.

Il existe aujourd’hui sur le marché de nombreux modèles et de nombreuses formes : hémisphérique, carré, Rogallo, octogone, pentagone, …
Chaque fabricant propose une conception propre, avec son lot d’avantages mis en avant par un marketing adapté. Tous sont certifiés et ont passés avec succès les tests d’homologation (EN et/ou LTF). Ces tests permettent de vérifier différents aspects du parachute (Source : EN 12491) :
– Taux de chute (doit être inférieur à 5.5m/s pour un modèle non dirigeable, et 4.4m/s pour un dirigeable)
– Stabilité (Evaluation visuelle)
– Temps d’ouverture (<4s)
– Résistance (Shock test à 40m/s, le parachute doit résister à 2 tests successifs sans détériorations)

Los parámetros más importantes (en nuestra opinión) a la hora de elegir tu paracaídas son:
- Velocidad de caída
- Estabilidad
- Conducción
La velocidad de caída y la estabilidad de un modelo pueden estar directamente relacionadas dependiendo de ciertos parámetros.

A continuación, se pueden tener en cuenta otros parámetros, en función del uso que se le dé:
- Peso
- Volumen

NOTA: También hay un requisito obligatorio para asegurar el correcto funcionamiento de cualquier modelo de paracaídas: una vez desplegado, no debe quedar al mismo nivel (o por encima) de la vela principal. Podría ser golpeado por la vela al abrirse, o quedar atrapado en su depresión y no inflarse correctamente.

El índice de caída

La tasa de caída es la velocidad vertical de descenso, expresada en m/s. Cuanto mayor sea esta velocidad, más difícil será el aterrizaje. ¡El límite de certificación (5,5m/s) sigue llevando al piloto a alcanzar el suelo a casi 20km/h! Esto está muy lejos de la llegada suave que conocemos de nuestros parapentes.
Es importante aterrizar lo más suavemente posible, porque no siempre se sabe qué tipo de terreno se va a encontrar al aterrizar: no es lo mismo 5,5 m/s en un campo donde se puede rodar que en un pasillo lleno de rocas en la montaña. Por lo tanto, es uno de los parámetros esenciales a tener en cuenta a la hora de buscar un equipo, siendo lo ideal encontrar el modelo que ofrezca la menor tasa de caída.

Pero cuidado: ¡el valor indicado por el fabricante corresponde a una talla y a un peso total en vuelo determinados! Es esencial respetar estos valores, para mantener una tasa de caída aceptable.

La tasa de caída teórica puede verse degradada por:
- El incumplimiento de la WLL recomendada
- El nivel de inestabilidad del paracaídas
- El efecto espejo, causado por un remonte de todo o parte del parapente (ver diagrama).

Estabilidad

Entrar suavemente bajo el paracaídas es bueno. ¡Pero llegar de manera estable es mejor!
La estabilidad de un paracaídas de rescate viene definida por la amplitud pendular de las oscilaciones que tendrá que sufrir el piloto cuando esté suspendido abajo, una vez que la campana esté colapsada y deje de crear perturbaciones. Cuanto menor sea la amplitud de las oscilaciones, más estable será el paracaídas. Y viceversa...

Este parámetro es muy difícil de cuantificar, y son muchos los elementos externos que pueden degradar este comportamiento según la situación (reinflado del parapente, paracaídas "enredado" con el parapente, etc...). Consideramos aquí que el paracaídas se despliega de manera normal y correcta.

En general, los paracaídas de rescate cuadrados (o de forma similar) son mucho más estables que los semiesféricos. Se estabilizan mucho más rápido que las hemisféricas (1 o 2 oscilaciones como máximo).
Su construcción también los hace mucho menos sensibles a las perturbaciones aerológicas (turbulencias), y les permite mantener una buena estabilidad durante todo el descenso.

Algunos modelos pueden incluso utilizarse con una carga alar inferior, sin dejar de ser igual de estables (a diferencia de los hemisféricos). Así se puede mejorar la tasa de caída.

Dirigibilidad

Se lanza el paracaídas de reserva, se baja la campana haciéndola bola sobre las rodillas, se desciende suavemente sin oscilaciones: ... ¡OUF, estoy salvado!
Pero la brisa del valle se invita a sí misma a la fiesta, y te empuja suavemente (pero con seguridad) hacia un tendido eléctrico, un acantilado, o cualquier otra delicia imprevisible...
La gran mayoría de los paracaídas de rescate disponibles en el mercado no tienen ningún sistema para maniobrar y evitar un posible obstáculo o intentar acercarse a una zona más favorable para llegar al suelo: ya sea un claro, o incluso los árboles si es necesario. Una vez bajo el rescate, ya no es posible actuar...
Algunos modelos (pocos...) tienen un sistema de asas que permiten actuar sobre la campana para dar una dirección al paracaídas. No se trata de un sistema de "freno" como el de tu parapente, sino simplemente de la posibilidad de deformar la vela para hacerla cambiar de rumbo. A continuación, tienes la opción de evitar el obstáculo, apuntar a una zona abierta o simplemente mirar hacia el viento para ralentizar el aterrizaje.
Es poco probable que tengas que tirar de tu reserva en tu vida como piloto, pero puedes ver que tener esta opción puede ser muy útil en el momento crucial.

Le cas particulier du « Rogallo » :
Connu sous différents nom (Beamer, Krisis, Control, …), le parachute dirigeable de type Rogallo tire son nom de Francis ROGALLO, ingénieur aéronautique américain de la NASA qui travailla sur des ailes biconiques et souples conservant leur forme par pression de l’air Ses travaux seront à l’origine des ailes delta qui apparaissent au début des années 1970 et de l’aile « Parawing » utilisée pour certains parachutes de secours dirigeables. C’est un cas particulier, car ce type de parachute de secours, une fois ouvert, peut se diriger comme un parapente grâce à un système de lignes de freinage agissant sur la voilure. Très performant (finesse < 3), mais aussi plus complexe à gérer, il nécessite une certaine expérience pour pouvoir l’utiliser sereinement. Son pliage est également plus compliqué que ces homologues hémisphériques ou carrés. Il doit être méticuleux et parfaitement exécuté pour garantir l’ouverture et le bon fonctionnement de celui-ci.

Otros parámetros

Tu tipo de práctica también puede requerir la consideración de otros parámetros, como el peso, el volumen, el método de plegado, ...

De hecho, un competidor de la Copa del Mundo no necesitará necesariamente un paracaídas ultraligero, a diferencia de unl piloto de Hike&Fly. Un acróbata que multiplica las posibilidades de tener que utilizar su paracaídas, preferirá un dirigible para asegurar el aterrizaje y evitar lesiones, mientras que un piloto normal puede dejar el plegado en manos de un profesional, y lo ideal que se haga cada seis meses.

Conclusión

La tasa de caída y la estabilidad son, en nuestra opinión, los dos principales parámetros a tener en cuenta a la hora de decidirse por un paracaídas u otro. El que sea dirigible viene en tercer lugar, pero es cierto que puede ser una gran ventaja en ciertos casos. Todos los demás factores pueden servirte para afinar tu búsqueda, pero por razones de seguridad no deben tener prioridad sobre los dos primeros.

PRECAUCIÓN:
Reducir la carga alar (tomando un tamaño mayor) teóricamente resultará en una menor tasa de hundimiento, pero también puede degradar la estabilidad (especialmente en las hemisféricas) y hacer el conjunto mucho más sensible a las turbulencias. Esta disminución de la estabilidad también puede dar lugar a una tasa de hundimiento menos interesante, que es exactamente el efecto contrario al deseado.
Para ahorrar unos cientos de gramos, también puede ser tentador elegir un paracaídas de menor tamaño (con la consecuencia de aumentar la carga alar): esto suma dos desventajas: un aumento de la tasa de hundimiento y un aumento de las oscilaciones (mayor inestabilidad), con la consecuencia de un aterrizaje mucho más violento (¿demasiado?) para el cuerpo humano.

Si hay alguna duda sobre la capacidad de devolver la campana a la envoltura de vuelo, se debe preferir el uso de un paracaídas al más aleatorio "¡esto servirá!
Le recomendamos que se asesore con un profesional y analice detenidamente las características de los distintos modelos existentes en el mercado.

La elección de un paracaídas no debe hacerse a la ligera...
- Elija un rescate que haya superado la norma EN (en lugar de LTF), ya que las pruebas de velocidad de caída y de estabilidad se realizan lo más cerca posible de la realidad, es decir, en el aire con un hombre real debajo... La prueba de choque también se realiza en el aire, pero con un lastre.
- Sea meticuloso al doblar y siga las recomendaciones del fabricante (manual). El correcto funcionamiento de su rescate está en juego en caso de necesidad. En efecto, como el diseño es cada vez más ligero, los fabricantes determinan modos de apertura (por plegado) que permiten absorber más eficazmente los choques ligados a la apertura.
- Opte por montar las bandas de rescate a la altura de los hombros siempre que sea posible. Esta es la mejor posición para llegar al suelo.
- ¡Cuidado con los contenedores ventrales! Deben tener una correa en el muslo para evitar que se vuelquen al agarrar el asa. En el peor de los casos, se encuentra el paquete en las rodillas, atascado detrás de la banda de la barriga y entonces ...

Alain ZOLLER

Fundador del laboratorio AIR TURQUOISE