Pensando en ... protectores de espalda

Un hermoso día de verano, con térmicas generosas y sin viento. En resumen, las condiciones ideales para volar y disfrutar de nuestros maravillosos artefactos voladores.

Pero llega el momento de abandonar el aire para regresar al suelo tras un haber realizado un récord de distancia o un sencillo vuelo local. El piloto prepara su aproximación de aterrizaje, empieza su planeo final y toma suavemente para poner fin a ese magnífico día.

Pero todos sabemos que no todo es siempre como dice el manual. Una mala aproximación, obstáculos, una brisa importante, gradiente de viento, turbulencias, entrar viento en cola, etc. En estos casos, la aproximación puede volverse más complicada, y el aterrizaje menos suave. Las piernas siguen siendo el mejor amortiguador para aterrizar con suavidad, pero en ocasiones eso no es posible y el piloto acaba aterrizando de culo.

¿Cómo podemos limitar el riesgo de lesiones cada vez que volamos?

Los fabricantes llevan desde hace mucho tratando de equipar sus sillas con protecciones denominadas "pasivas", cuyo propósito es absorber (en lugar de que lo haga el piloto) el eventual impacto al llegar al suelo, y dispersar esta energía para limitar las posibles lesiones. La noción de seguridad "pasiva" es importante, pues indica que no requiere acción directa alguna en contraste con la seguridad "activa", la cual implica directamente al piloto y que tiene que ver con sus elecciones, sus gestos, cómo se adapta a la situación, etc.

Estas protecciones pueden ser de diferentes tipos y, como siempre, cada una tiene sus ventajas y sus inconvenientes.

¿Cuáles son los sistemas existentes en el mercado?
PROTECCIÓN DE ESPUMA:

La protección de espuma se compone de uno o varios bloques de espuma, recubiertos de una funda de tejido. Los espesores, formas y densidades pueden variar. La espuma contenida en su funda de tejido está formada por celdas y atrapa el aire. En caso de choque, esa espuma se comprimirá, y el aire contenido en sus celdas se verá expulsado. Ese aire tratará de pasar a través del tejido de la funda (por porosidad) y por las costuras. Lo que permitirá un efecto amortiguador será la dificultad que tendrá el aire para escapar, además de las características intrínsecas de la espuma (su densidad), que tendrá igualmente un efecto de absorción del impacto. Debido al volumen de las espumas, que permanece casi constante, sus espesores suelen ser apenas suficientes para ofrecer una amortiguación correcta. Cuanto mayor sea el espesor de la espuma, más probable será que la espuma sea eficaz. Parece admitido que para una protección de espuma "clásica", un espesor inferior a los 15-17 centímetros no merece el nombre de protección.

La calidad de una protección de espuma dependerá por tanto de:

  • La calidad de la espuma
  • El grosor de la espuma
  • La división de los bloques de espumas
  • De la calidad del tejido utilizado para las fundas
  • Del control de las fugas (flujo y velocidad)

Tras un impacto, la protección de espuma debe poder recuperar sus características iniciales (forma, estado de la funda) sin las cuales no podrá garantizar un nivel aceptable de absorción en caso de un impacto posterior.

AIRBAG:

El principio del airbag es el mismo: un volumen de aire atrapado que, tras recibir un impacto, tratará de escapar. Los airbags se inflan en principio gracias al viento relativo que se genera al volar y penetra en la cámara gracias a un sistema de toberas de entrada (las hay tanto laterles como frontales) y de válvulas que permitan conservar el aire atrapado. El principio de amortiguación sigue siendo el mismo que para la protección de espuma: evacuar progresivamente el aire contenido en la cámara para lograr un efecto amortiguador. Al recibir un impacto, a la cámara le lleva cierto tiempo "presurizarse" (al ser el aire comprimible) y comenzar a actuar como amortiguador expulsando el aire a través de las diversas fugas existentes (porosidad del tejido, costuras, sistema de válvulas).

Los airbags son por lo general más voluminosos que las protecciones de espuma, pues ocupan menos espacio una vez plegados. Esta posibilidad de disponer de volúmenes más gruesos una vez inflados, hace que los airbags tengan mejores características de amortiguación que las protecciones de espuma.

Al igual que en el caso de las protecciones de espuma, la calidad intrínseca de un airbag proviene de:

  • Su grosor
  • Su forma, que permitirá presurizarse más o menos deprisa
  • Del control de las fugas (flujo y velocidad)
  • De lo bien que funcionen las toberas (por su emplazamiento y su forma)
  • La calidad del tejido que envuelva al airbag
Algunos fabricantes dotan a sus airbags de una capa protectora en la parte inferior de la silla, la cual permite proteger el airbag de agresiones externas sin perjudicar su buen funcionamiento. En efecto, en caso de impactos, a menudo es el tejido que envuelve el airbag lo que más sufre. Es fácil imaginar que impactos repetidos irán dañando ese envoltorio, que acabará corriendo el riesgo de volverse demasiado frágil (mayor porosidad, desgarros,...) para que pueda seguir cumpliendo su función con eficacia.
OTROS :

Actualmente existen otras soluciones, como los airbags inflables, las espumas de dos componentes absorbentes, etc, pero no conocemos lo suficiente esos sistemas para poderlos describir aquí de manera objetiva. No dudéis en preguntar a los fabricantes de estos sistemas para que respondan a todas vuestras preguntas.

¿Cómo puedo saber lo bien que funciona mi protección?

Para poder probar las protecciones y determinar su eficacia debía determinarse un protocolo repetible, y a ser posible representativo de una situación real. Por eso, en su época se decidió que la prueba debería corresponder a la llegada al suelo bajo un paracaídas de emergencia a 5,5 metros por segundo (unos 20 km/h).

Por lo tanto, las normas de homologación de sillas incluyen esta prueba para las protecciones dorsales que perrmite determinar si el nivel de absorción de impactos puede considerarse aceptable en relación con los que puede encajar el cuerpo humano sin sufrir lesiones importantes.

Le test effectué consiste en une chute verticale à une hauteur donnée (1m65), protection en place sur un mannequin de 50kg en position assise. Le dispositif enregistre l’énergie absorbée (en g) par la protection, ce qui correspond à l’impact encaissée par le pilote. Cet impact doit se situer au-dessous d’une valeur limite (50 g), et doit également avoir une durée limitée lorsqu’il dépasse certains seuils (<7ms si >38g / <25ms si >20g).

Ese valor permite, teóricamente, comparar diferentes protecciones dorsales en términos de absorción "pura" de un impacto.

NOTA: También existe una certificación CE obligatoria en Francia desde 2017 para comercializar protectores de espalda (EPI de nivel 2), ya sean desmontables o no.

ADVERTENCIA: esta prueba de homologación representa sólo un caso que corresponde a una llegada a tierra bajo un paracaídas de reserva. No hay que dar por garantizado que la protección en cuestión vaya a ser eficaz en todas las situaciones. El resultado de esta prueba apenas representa un pequeño aspecto de lo que tu protección pasiva puede tener que soportar: impactos laterales, resbalones sobre la espalda...

¿Qué sistema es el más eficaz?

Es raro que en una situación real el piloto caiga perfectamente verticalmente sobre la protección. Puede caer desde más alto, de lado, con algo de velocidad horizontal... Las posibilidades son múltiples.

Un airbag es a menudo más eficaz que una protección de espuma en caso de caída vertical, pero corre el riesgo de "descentrarse" en caso resbalón o impacto fuera del eje vertical. Una protección dorsal es más pesada y abulta más, pero a menudo se mantiene en su sitio durante este tipo de impactos. Un airbag también será más sensible a recibir impactos repetidos, pues está sujeto directamente a los roces y otras agresiones. Una protección de espuma se coloca en el interior de la silla, y queda por tanto más protegida de ese tipo de problemas. Su vida útil es por lo tanto mayor, y su reemplazo es más sencillo, pues el airbag casi siempre forma parte integral de la silla. Por lo tanto, en el momento de elegir la silla, hay que ser consciente de las ventajas e inconvenientes de cada tipo de protección.

Por otro lado, es importante tener en cuenta la zona que cubre la protección. Como la prueba sólo se hace para una posición sentada y en una caída perfectamente vertical, ¿qué ocurre si el piloto va reclinado o si está hacia atrás en el momento del impacto (por ejemplo, por haber quedado en pérdida cerca del suelo)?

Tomemos la situación teórica de la prueba: caída perfectamente vertical en posición sentada. En la realidad, el piloto está ligeramente inclinado (incluso en posición sentada). En el impacto, el centro de gravedad al encontrarse desplazado hacia atrás en relación al eje de la caída, hace que el piloto se vaya hacia atrás e impacte contra el suelo también con la espalda. Eso no es posible simularlo durante la prueba, pues el maniquí está montado sobre rieles que le mantienen en su posición vertical pase lo que pase.

La normal EN 1651 actual no impone obligación alguna sobre la protección, ya sea en cuanto a dimensiones, emplazamiento, forma, etc.

Así, el fabricante tiene libertad para diseñar la protección que prefiera, siempre que ésta sea lo suficientemente eficaz para pasar la prueba.

Por eso veréis algunos anuncios que presumen de las cualidades de ciertas protecciones.

  • Seguridad pasiva óptima
  • Protección extremadamente eficiente en su categoría
  • Los mejores resultados en las pruebas de homologación LTF
  • Protección integral, desde los muslos hasta lo alto de la espalda
  • Protección dorsal integral

Atención sin embargo a analizar bien lo que se esconde realmente detrás de esas afirmaciones.

  • "Protección de rendimiento extremadamente alto": Los resultados de las pruebas de homologación pueden estar dentro del límite, sí, pero ¿por cuánto? Si terminamos en el rango de 40-50G, ¡hemos pasado el límite!
  • "Protección integral ": Dado que no se ha probado en la espalda, ¿la protección en esta zona parece satisfactoria? ¿qué grosor? ¿qué sistema (airbag o bolsa de espuma)? ¿qué volumen? Algunos fabricantes anuncian una protección total de la espalda, pero con sólo 4-5 cm de espuma en la zona de la espalda, esto es cuestionable...
  • "En caso de caída sobre mi espalda, ¿sólo hay protección entre el suelo y mi espalda? El posicionamiento del paracaídas de rescate en la región lumbar puede ser cuestionable en caso de impacto ...

CONCLUSIÓN:

Como habréis comprendido, el resultado de la prueba de homologación es un elemento a tener en cuenta en la elección, pero puede no ser suficiente.

Te corresponde a ti como piloto comparar cuidadosamente las soluciones ofrecidas en el mercado, y hacerlo en función de:

  • Tus expectativas de vuelo (Hike & Fly, competición, distancia, acro, etc.)
  • Tu nivel y tu experiencia. Un principiante puede tener necesidad de protección un poco más a menudo.

Si tienes dudas sobre la protección dorsal de tal o cual silla, ponte en contacto con el fabricante para que te dé detalles precisos.

A menudo decimos que el mejor paracaídas de emergencia es aquel que no tenemos que usar, y con la protección dorsal ocurre un poco lo mismo. Pero, al igual que con el paracaídas, es importante que la protección dorsal sea eficaz si alguna vez te tiene que prestar servicio.

¡BUENOS VUELOS!